El drenaje linfático es un tipo de masaje que tiene como propósito eliminar la acumulación de líquidos y toxinas. Se utiliza en diferentes situaciones y según varias necesidades, pero el objetivo es siempre activar la circulación de la linfa y la eficacia del sistema linfático.
Produce un efecto de relajación, por lo que se recomienda para situaciones de estrés.
El drenaje linfático es un buen tratamiento para la piel, ya que favorece la circulación de la sangre ayudando a que no se formen bolsas y arrugas. Normalmente, dependiendo del tipo de problema para el que se requiera el masaje, se pueden necesitar hasta diez sesiones de una duración de aproximadamente una hora para que los efectos sean perceptibles.
¿Por qué se realiza?
Gracias a su acción antiedematosa y analgésica sobre las fibras musculares lisas, el drenaje linfático está especialmente indicado para atenuar el llamado efecto piel de naranja de la celulitis y para tratar edemas postquirúrgicos o cicatrices. En cuanto al efecto sobre las fibras musculares estriadas, el especialista en Fisioterapia propone este drenaje a los pacientes por su efecto relajante, especialmente en el caso de músculos tensos o hipertónicos. En general, el drenaje linfático aumenta la respuesta del sistema inmunológico, mejorando así la respuesta del sistema de defensa en las zonas tratadas con este masaje.